Químicos a Nuestro Alrededor ¿Cómo Reducir la Exposición?


Todos los días estamos expuestos a productos químicos y contaminantes, en el aire, agua y alimentos. Hay productos químicos en los productos cotidianos que usamos en casa y trabajo, utensilios de cocina, productos de limpieza e higiene personal…

Se hace imposible quedar fuera de esta exposición hacia estos productos químicos, y esto supone un elevado riesgo para nuestra salud.

Los productos químicos más peligrosos para nuestra salud incluyen metales pesados (plomo, mercurio, arsénico, cadmio, aluminio), hidrocarburos aromáticos policíclicos (un grupo de más de 100 sustancias químicas diferentes que se forman principalmente durante la combustión incompleta de materia orgánica como el carbón, petróleo, gasolina y basuras, así como otras sustancias orgánicas como tabaco, carne preparada en la parrilla, etc.), plásticos (ftalatos), fenoles (especialmente el BPA), pesticidas, dioxinas (grupo de compuestos químicos que son contaminantes ambientales persistentes y se encuentran en el medio ambiente de todo el mundo y se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente en el tejido adiposo de los animales. Más del 90% de la exposición humana se produce por medio de los alimentos, en particular los productos cárnicos y lácteos, pescados y mariscos) (1), (2), (3).

Los contaminantes químicos pueden provocar daños de forma inmediata, a corto plazo o por exposición prolongada, entre los problemas más comunes pueden incluir:

  • Debilitamiento del sistema inmunológico
  • Desarrollo de alergias
  • Asma
  • Problemas reproductivos
  • Defectos de nacimiento
  • Problemas en el desarrollo mental
  • Cáncer

Conociendo el potencial efecto negativo que la exposición a estos contaminantes tiene sobre nuestro organismo, es importante trabajar la prevención con el objetivo de evitar o disminuir estas devastadoras consecuencias.

Y aunque hay una cantidad que no podemos controlar y a la cual vamos a estar en mayor o menor medida expuestos, si podemos minimizar e incluso eliminar por completo, la exposición a la mayor parte de estas sustancias químicas.

Reduciendo la exposición dietética:

  • Evitar botellas y recipientes de plásticos, y si los usas, que no sean para alimentos o bebidas calientes, ya que esto favorece la migración de sustancias químicas del envase al alimento. En su lugar utiliza recipientes de vidrio o acero inoxidable.
  • Evita sartenes y ollas antiadherentes.
  • Evita usar alimentos enlatados.
  • Evita usar productos preparados con arroz como las bebidas vegetales de arroz o las tortitas, contienen un elevado contenido en arsénico. Si preparas arroz, lávalo bien y cocínalo con abundante agua, como si fuera pasta y luego escúrrelo, así se elimina gran parte del arsénico.
  • Evita alimentos procesados (helados, pan, bollería, gomas de mascar, caramelos…) que contienen todo tipo de aditivos como sulfitos, benzoato, BHT, BHA y edulcorantes.
  • Evita productos de origen animal, los pescados contienen elevadas cantidades de mercurio, PCB, PBDE (sustancia sumamente tóxica para los organismos acuáticos) (4)
  • Elige productos locales, de temporada y orgánicos siempre que sea posible.
  • Evita tomar agua del grifo o usar un filtro que de garantías de que remueve metales pesados.
  • Evita tomar medicamentos a no ser que sean totalmente necesarios.
  • Evita tomar alcohol y fumar.

 

Reduciendo la exposición a través de productos de limpieza y de aseo personal:

  • Evita ducharte más de una vez al día para reducir la exposición al cloro.
  • Evita dentífrico con flúor.
  • Elige productos de aseo personal (desodorante, champú, jabón) libres de antitranspirantes, sin aromas y libres de fragancias. Puedes incluso aprender a preparar tus propios productos con ingredientes totalmente naturales.
  • Evita empastes con mercurio, si los tienes, trata de buscar un dentista holístico y ver si sería buena opción removerlos.
  • Evita tener alfombras en casa (pueden llegar a contener más de 59 sustancias tóxicas) (5)
  • Evita los productos químicos de limpieza, puedes optar por alternativas como vinagre de manzana y bicarbonato.
  • Mantén las ventanas de casa abiertas lo más posible para que entre aire del exterior y luz solar.
  • Trata de tener plantas en casa. En 1989, la NASA descubrió que las plantas de interior pueden absorber toxinas dañinas del aire, especialmente en espacios cerrados con poco flujo de aire (6)

Ahora que sabes cómo reducir en gran medida tu exposición a estas sustancias químicas, ¿estás listo para aplicar estos cambios y contribuir a mejorar tu salud y conservación del planeta? Estoy seguro de que si.

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