¿Huevos y colesterol?
Consumes naranjas, aumenta tu nivel de vitamina C; consumes zanahorias, aumentan tus niveles de carotenoides; consumes salmón, aumenta tu nivele de DHA; consumes huevos, NO aumentan tus niveles de colesterol. ¿Cómo es eso posible? Pues tan fácil como no es posible. Esta es la mayor mentira que la industria del huevo nos ha contado y sigue contándonos, gastándose millones de dólares en publicidad engañosa y comprando y manipulando a los responsables y corporaciones encargadas de elaborar las directrices dietéticas.
Claro que el colesterol sube tras consumir un alimento que contenga colesterol, y más si es un huevo, el cual contiene más del 60% de colesterol recomendado por la OMS para el día.
Otra cosa muy distinta es que en sujetos saludables, el cuerpo sepa responder a esta sobrecarga de colesterol exógeno y pueda volver a su homeostasis. Pero ello no quiere decir que tras la ingesta de huevos, el cuerpo no sufra esa subida de colesterol y en consecuencia las posibles inflamaciones que ello conlleva al endotelio. Algo que a corto plazo puede resultar como algo insignificante, pero que a largo plazo y tras sufrir un ataque de inflamación constante puede traer graves problemas de salud. También hay que considerar que la mayoría de las personas que más huevos consumen en su dieta, son personas que practican regularmente ejercicio físico y junto a ello suelen llevar una dieta medianamente saludable, lo cual ayuda a mantener el colesterol a unos niveles adecuados.
Pero vamos a ver que dicen los estudios, que es lo que nos gusta a muchos, y para ello que mejor que fijarnos en este metaanálisis (1), que junta docenas de estudios que cubren cientos de sujetos; y nos encontramos con que la concentración de colesterol en sangre se ve claramente aumentada al añadir colesterol dietético en la dieta.
La imagen muestra un ejemplo extremo sobre una demostración de este hecho. Para ello se siguió la vida de un sujeto durante un año, donde consumía y dejaba de consumir huevos. Y se ve claramente como cuando seguía una dieta libre de colesterol dietético, su colesterol bajaba en unas pocas semanas. Luego volvía a consumir huevos, y el colesterol volvía a subir drásticamente, permaneciendo en esos altos niveles hasta que volvía a retirar los huevos de la dieta, y con ello el colesterol volvía a bajar a las pocas semanas. Y así sucesivamente con huevos y sin huevos, aumentando y disminuyendo el colesterol en la sangre, como si se tratara de un “interruptor” hecho de huevos.
Y si buscamos un poco más, acabamos encontrando este otro metaanálisis (2), en el cual se incluyeron 14 estudios con 320.778 sujetos para evaluar la relación dosis-respuesta entre el consumo de huevo y el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) y diabetes. El cual sugiere que existe una relación positiva dosis-respuesta entre el consumo de huevo y el riesgo de ECV y diabetes. En general, aquellos que consumían más cantidad de huevos tenían un 19% mas de riesgo desarrollo de ECV, y un aumento del 68% del riesgo de diabetes; y luego, una vez y se padezca la diabetes, el riesgo de ECV aumenta en un 85%. Y no hacía falta consumir demasiados huevos para ello, menos de un solo huevo al día fue asociado con un aumento significativo de ECV. Un incremento de solamente 4 huevos semanales, podría aumentar el riesgo de ECV entre un 6 y un 40%, y el riesgo de diabetes en un 29%.