El engaño de los suplementos de ácidos grasos omega 3 para la prevención de enfermedades cardiovasculares

El aumento de EPA y DHA tiene poco o ningún efecto sobre la muerte y los eventos cardiovasculares  y probablemente logra poco o ningún cambio en la muerte cardiovascular, la muerte o los eventos coronarios, el accidente cerebrovascular o las alteraciones cardíacas

 

…Hay evidencia de que el consumo de cápsulas de omega 3 no reduce la cardiopatía, el accidente cerebrovascular ni la muerte. Hay poca evidencia con respecto a los efectos del consumo de pescado. Aunque el EPA y el DHA reducen los triglicéridos, la administración complementaria de grasas omega 3 probablemente no sea útil para prevenir ni tratar las enfermedades del corazón y circulatorias. Sin embargo, el aumento del ALA de origen vegetal puede proporcionar una protección leve contra algunas enfermedades del corazón y circulatorias”.

 

Esta es la conclusión a la que ha llegado la evaluación sistemática más extensa de los efectos de las grasas omega-3 en la salud cardiovascular hasta la fecha, donde se quería evaluar que efectos tendría un aumento de la ingesta de omega-3 a base de pescado EPA y DHA y de plantas ALA para la mortalidad por todas las causas, eventos cardiovasculares, adiposidad y lípidos. La evidencia de la investigación está actualizada hasta abril de 2017 y para ello incluyó la revisión de 79 ensayos con más de 112000 personas. Los estudios evaluaban los efectos de un mayor consumo de ácidos grasos omega 3 en contra de una ingesta inferior o ninguna ingesta de omega 3 en las enfermedades del corazón y circulatorias. De los estudios incluidos para la revisión, 25 fueron muy confiables, bien diseñados como para evitar resultados sesgados. Los participantes eran adultos, algunos con enfermedad preexistente y algunos sanos que aumentaron el consumo de grasas omega 3 o mantuvieron el consumo habitual de grasas por al menos un año. La mayoría de los ensayos de EPA y DHA administraron cápsulas; unos pocos administraron pescado graso.

Por tanto, podemos concluir que aunque aún muchas recomendaciones dietéticas dadas por expertos de la nutrición, y desde organismos oficiales, sigan sugiriendo el uso de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 del pescado azul  EPA y DHA, y la administración de suplementos de dichos ácidos grasos, por su supuesto beneficio en la salud cardiovascular, los ensayos recientes siguen sin confirmar ninguna eficacia positiva de estos en cuanto a salud cardiovascular se refiere.

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